Depende del hambre que tenga y, por supuesto, de lo que me ofrezcan:
-Si es alcohol
Nunca bebo alcohol antes de trabajar. Y no lo digo para quedar bien. Es la verdad. Y entre semana, si trabajo el día siguiente, tampoco. Han sido muchos los directos en los que he terminado brindando con una copa de un cava excelente, pero pocas las que lo he probado, ni antes ni después de la conexión (ejemplos: ver vídeo, min. 44:30; ver vídeo 2: min. 14:33). Con una excepción, el día que hice un directo desde unas cavas en viernes. No trabajaba ni después ni el sábado, así es que ese día sí que tomé la copa, eso sí, al terminar la conexión (ver vídeo, min. 1:09:54)
-Si la comida es buena y encima insisten…
Qué le vamos a hacer, no hay más remedio que comer. Y más si es la hora, como en este directo (min. 44.43) en un hotel de Barcelona sobre el fútbol. Cuando terminé, nos ofrecieron un jamón ibérico de bellota irresistible, entre muchas otras cosas. Nos pusimos las botas. Todo el equipo. Al llegar a casa, ya no cené y casi ni desayuné el día siguiente. ¡Qué rico estaba todo!
-Si el reportaje lo exige
Como un buen reportero, a veces no me queda más remedio. Como la vez que tuve que mordisquear uno de los mejores fuets del mundo (ver vídeo, min. 52:45) o la vez que hice un reportaje en el mercado de La Boquería de Barcelona y tenía que hacer ver que compraba (ver vídeo, min. 11:56). Claro, una vez manipulados los alimentos frescos ya no se pueden vender. Así es que antes de tirarlos, casi mejor que uno los aproveche.
-Si no es comestible
Puede parecer una tontería, pero muchas veces me han preguntado si he comido, cuando la verdad es que aquello no era comestible. Sirva de ejemplo el plato de espaguetis de plástico que usé en este directo (min. 16:48).
-Si no se puede
Pues no como. Y a veces se pasa mal. Recuerdo una vez que hice un reportaje sobre un restaurante que ofrecía comidas a 0,17€. Me invitaron a comer, pero había tanta gente esperando que no me pareció justo colarme por mi condición de reportero. Así es que no tuve más remedio que rechazar la invitación, a pesar del hambre que tenía a esa hora. No veas qué envidia ver a la gente comiendo (ver vídeo, min. 37:48).