Los informativos tradicionales de TV siguen siendo una referencia, aunque en los últimos años han ido perdido audiencia (más de un 3% de media cada año desde 2012 en Estados Unidos y Reino Unido), al mismo tiempo que se ha ido incrementando el visionado de vídeos y noticias a través de Internet.
A la TV le ha salido un competidor al alza: el móvil e Internet.
A la TV le ha salido un competidor al alza: el móvil e Internet, que hace que en plena era digital los espectadores (sobre todo los más jóvenes) ya conozcan las noticias prácticamente al instante. Lo que buscan en TV es verlas y entenderlas desde un nuevo punto de vista que, además, les entretenga y les enganche. De una forma creativa, con naturalidad y cercanía.

Algunos ejemplos de apps y webs de RTVE para móviles, tabletas y ordenadores.
En Internet y en el móvil, los vídeos han de ser preferentemente breves, con pocos movimientos de cámara y planos más cortos. En la narración en TV, en cambio, se puede ir más allá, y permite -de entrada- amplias coberturas, como en el caso de un temporal (con varios puntos de directo), unas elecciones o en cualquier otro gran acontecimiento (como unos Juegos Olímpicos o una catástrofe).

Las innovaciones tecnológicas en TV pueden ayudarnos a contar mejor la actualidad.
Las innovaciones tecnológicas en TV también pueden ayudarnos a contar mejor la actualidad y a enganchar más con el público. En los últimos años, han aumentado los platós interactivos, los efectos de postproducción y se ha incrementado el ritmo en la narración. Además, especialmente en el último año, estamos viendo un auge de la realidad virtual y la realidad aumentada. Aún hay cambios para hacer, y camino por recorrer, pero todo ello puede contribuir, y ya lo está haciendo en muchos casos, a que el espectador comprenda mejor lo que sucede en el mundo.
La forma tradicional de ofrecer la información en TV está convergiendo cada vez más con el entretenimiento. Los formatos como España Directo o Comando Actualidad van a más, con presentadores y reporteros que viven en primera persona los hechos, y los muestran durante su desarrollo, interactuando con los protagonistas. Con música de fondo en los vídeos que aporta más ritmo a la información, y con más conductores de programas e informativos de pie en plató, o también en la calle, mostrando así más naturalidad y cercanía. Y ello sin perder un ápice de credibilidad.

La información en TV está convergiendo cada vez más con el entretenimiento.
También ha cambiado el lenguaje. Se huye cada vez más de clichés, tópicos y formalidades puramente estéticas, para acercarse aún más al espectador. Con más diálogos entre los presentadores, y los colaboradores o reporteros. Con un estilo más distendido y coloquial. Y en definitiva: más natural.

Lo mismo con el estilismo. Recuerdo hace unos años que cuando llamaba a alguien para entrevistarle para Informativos, me esperaba expresamente con corbata y/o americana, o excesivamente maquillado/a e incluso los/las hay que iban antes a la peluquería, solo porque venía la tele a grabar, a pesar de que en muchos casos no íbamos a hablar de un tema acorde con ese tipo de estilismo. Esa etapa quedó superada y los espectadores valoran cada vez más la naturalidad y la espontaneidad en televisión. Como la ventana a la realidad que es.
En los próximos años, la información en TV ha de seguir afrontando el reto de explotar aquellos rasgos diferenciales que la hagan seguir siendo un medio único, complementándose y formando parte de Internet, el móvil y las redes sociales. Para seguir formando parte del día a día de los espectadores.
Informar sí, entretener también.
Informar sí, entretener también. El objetivo es claro: conectar con el público (también los más jóvenes), con la misma rigurosidad y veracidad, y con los principios periodísticos -y su valor esencial de servicio público- que nos han hecho y nos hacen mejor como personas y como sociedad.