Trabajar en España Directo (La1, de TVE) es una aventura como cuento siempre. Y estas últimas semanas, informando sobre el Coronavirus (Covid19), lo ha sido aún más, si cabe. He vivido situaciones impactantes, he descubierto historias emocionantes y también he conocido a personas extraordinarias que nunca olvidaré.
Recuerdo, a finales de enero (cuando aún no había ningún contagiado oficial de Covid19 en España), estar en el Hospital Gómez Ulla para informar sobre la llegada de los españoles repatriados de Wugan, China, el foco de la pandemia. Poco más de un mes después daba una última hora: el primer fallecido con coronavirus en Euskadi y el segundo en España.
En la Residencia San Camilo fui testigo de la precaria situación de los sanitarios
Lo más duro, sin duda, me lo encontré en la Residencia San Camilo, de la Federación Lares, donde fui testigo de la precaria situación de los sanitarios y como la paliaban con todo su cariño hacia los residentes. El día que estuve, 31 de sus 140 residentes estaban con síntomas. Y la biblioteca se había convertido en un hospital de campaña ante la saturación de los centros sanitarios.

Los residentes sin síntomas, como Juana o las hermanas Domínguez, estaban confinadas, sin poder salir de la residencia. Y se emocionaban en las videollamadas con sus familiares, a los que no podían ver desde hacía semanas. Algunos, incluso estaban más preocupados por sus hijos y sus nietos que por ellos mismos, a pesar de ser la población más vulnerable y, en muchos casos, con varias patologías.
Emocionante también el importante apoyo psicológico de la misma Federación Lares, acompañando en el luto a personas que habían perdido a familiares y amigos con coronavirus.

Fuera: ciudades fantasma, con calles y paseos vacíos. Sin el ruido de niños jugando ni de coches pasando, solo los aplausos diarios de las 20h. Y haciendo más evidente la labor de servicios tan esenciales como los basureros. Los colegios, institutos y universidades cerrados, y la gente confinada en casa: en muchos casos teletrabajando y haciendo deporte en el salón (también nuestros olímpicos, con los Juegos aplazados hasta el 2021).
Me impresionó también ver la tarea de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con el Ejército desinfectando centros de salud o ayudando a habilitar el Hospital más grande de España, en IFEMA. Con una capacidad para 5.500 pacientes se montó ¡en tan solo 48 horas!.

ONG’s, particulares, empresas e instituciones se han volcado para ayudar
Mientras, ONG’s, particulares, empresas e instituciones, se han volcado desinteresadamente para ayudar a los más necesitados. Su labor también me ha emocionado. Cruz Roja, por ejemplo, ha llevado a cabo la movilización más grande de su historia con más de 12.000 voluntarios.

Han sido días duros, con la emoción a flor de piel y, en muchas ocasiones, con lágrimas en los ojos al llegar a casa. Pero las ganas de acercar lo que estaba pasando a los espectadores me ha dado fuerzas para seguir. Gracias a todos por vernos y, sobre todo, por hacer posible que ahora empiece la desescalada. Juntos lo estamos consiguiendo.